Un artículo muy interesante que desde
el equipo de orientación hemos querido recalcarlo en nuestro blog, para llegar
a concienciar a aquellos que llegan a tener una idea errónea de quiénes son las
personas que deben educar y dónde debe comenzar esa educación.
Para dar
respuesta a una pregunta como esta, tendremos que trasladarnos a cada una de
las etapas de la vida, especialmente a aquellas donde todo empieza o donde todo
arranca y ver como cada una hace su aporte en la formación del individuo, pues
no se educa para un momento, tampoco para unos días; cada enseñanza debe ser un
legado encarnado en cada momento y cada día, debe persistir en el corazón y en
el alma y como si fuera poco debe contribuir a formar el ciudadano del futuro,
el hombre del mañana y máxime si concebimos a ese mismo hombre como un ser
evolutivo en su manera de pensar e idear su mundo.
Cuando
hablamos de educación nos tenemos que trasladar al ser humano como un todo, un
ser integral, que debe ser formado para ocupar un lugar en la sociedad; en una
sociedad que necesita seres más humanos, más sensibles, aguerridos y luchadores.
No
empieza la educación en la escuela y mucho menos en los colegios. La armonía de
una familia no la reemplaza los maestros aunque estos con su empeño y amor han
logrado albergar en su corazón a pequeños que la vida les negó tener un padre o
una madre.
Es el
hogar el seno que amamanta al niño en un proceso que se fortalece en la medida
que él va creciendo y adquiriendo valores y principios que lo definirán como ser
humano, ciudadano, profesional e incluso como padre o madre. La vida es un
breve ciclo en la que nuestros hijos serán el reflejo de nuestras enseñanzas y
con seguridad serán el resultado de sus decisiones que se verán particularmente
influenciadas por la educación que le brindemos en casa.
Puede
ser que los padres de un niño no tengan mucho dinero y sus conocimientos sobre
etiqueta sean bastante desconocidos, puede incluso que carezcan de ideas sobre
biología, historia patria y que escribir su nombre sea lo único que les haya
quedado de las pocas veces que visitaron la escuela; pero esto no quiere decir
que el niño que allí nace está mal educado puede tener incluso una formación
tal que su personalidad le dé un lugar en la sociedad que cualquier persona anhelaría.
Vale
aclarar que si bien lo anterior es importante, esto se ve disminuido cuando el
niño o el joven es incapaz de percibir el mundo y el universo al no poseer los
conceptos que fortalezcan su intelectualidad pero este no debe ser el único fin
del ser humano y es allí donde la educación en los entes educativos debe
propender por potencializar la riqueza interior del niño o el joven pues son
los conocimientos los que hacen embellecer lo que está estructurado desde la
casa.
En resumen,
dentro del hogar se forman los cimientos, se sientan las bases, se construyen
vigas y columnas que dan seguridad a la estructura, incluso levantar muros pero
todo esto queda inconcluso cuando no permitimos que el conocimiento realce esas
virtudes y ponga en evidencia la grandeza de un ser humano educado de manera
integral, de un hombre o una mujer que sale con las herramientas espirituales,
morales e intelectuales a ocupar un lugar en esta sociedad.
Muy interesante tanto el texto como el vídeo! Ser padres es y debe de ser una gran responsabilidad y muchas veces debemos de sacrificar nuestra comodidad para enseñar a nuestros hijos los valores que nos enseña Dios.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. La educación comienza en casa. En la vida escolar los niños reflejaran aquello que absorban en su vida diaria en familia.
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